Alquiler para vacaciones en Klaipėda

Una de las ciudades de Lituania que enamoran a los turistas que visitan el país es Klaipèda, situada a orillas del mar Báltico y un destino imprescindible para los cruceros que se realizan por esta zona. Es una localidad pequeña, de unas 200 mil personas, pero cuyos habitantes siempre tienen una sonrisa amable con la que recibir a los visitantes. Es el único puerto del país y por ello se ha convertido en un enclave importante para el tráfico con otros países próximos como Alemania, Dinamarca y Suecia. 

Está a orillas de la desembocadura del río Nemunas y junto a la Laguna de los Curonios, por lo que ofrece unos parajes naturales que merecen la pena ser visitados durante las vacaciones. Se encuentra a 300 kilómetros de la capital, Vilna, y con una amplia oferta de apartamentos, tiendas y restaurantes que ofrecer a los turistas, Klaipèda es una de las poblaciones más recomendadas para conocer la esencia de Lituania.

Museo del Ámbar

Uno de los lugares más recomendados para conocer en esta población de Lituania es el Museo del Ámbar. Y es que este país es el segundo del mundo, después de Rusía, con mayor importancia en la producción de este material. En Klaipèda las olas del mar son las responsables de que lleguen hasta las costas este bello elemento de un intenso color anaranjado. El ámbar se utiliza para diversas utilidades, como fines medicinales, aunque el de la joyería es su función más extendida en el mundo. En el museo hay más de 25 mil piezas de ámbar y en él se explica en detalle cualquier información relacionada con este material, tanto de extracción como utilización y puesta en venta.

Playas de Klaipèda

Con una fina y blanca arena y un mar cristalino, las paradisiacas playas de la población dan la bienvenida a los turistas que no esperaban encontrar un espacio natural tan espectacular como este. Sus aguas son tranquilas y tienen poco desnivel, por lo que es perfecto si se viaja con los más pequeños de la casa y queremos disfrutar de una jornada de sol, mar y buenas temperaturas. Una de las curiosidades de las playas de la ciudad es que durante la ocupación soviética, los lituanos no podían acercarse a las playas ya que los rusos decían que los espías entraban por las costas del país.

Balneario de Palanga

Está a unos 30 kilómetros de la población y es uno de los más populares en Lituania; ideal si buscamos en nuestras vacaciones relax y tranquilidad. Empezó a ser conocido en el siglo XIX, bajo la hegemonía del país de Polonia. Se encuentra rodeado por un entorno natural único donde los pinares y un intenso mar azul son los protagonistas.