Gastronomía de Portugal
Como hemos visto, en Portugal no todo se reduce a visitar sus increíbles monumentos históricos y su patrimonio artístico y cultural, viajar en los pintorescos tranvías que remiten a épocas pasadas o disfrutar de sus agradables parques y jardines, y descansar en sus fabulosas playas del Atlántico. Su gastronomía muy variada y particular ocupa un lugar fundamental cuando uno decide pasar sus vacaciones en el país lusitano, en especial si eres de aquellos que gustan de probar distintos sabores y texturas a la hora de disfrutar de un buen plato de comida.
Influencias mediterráneas
Debido a su ubicación geográfica, la mayor parte de la oferta culinaria portuguesa está basada en los productos que se obtienen del mar, y se la suele clasificar dentro de la cocina mediterránea, aunque algunos de los principales ingredientes que se suelen utilizar son el pan, el vino y el aceite de oliva, que se emplea para asar las carnes y el pescado. Ha recibido a lo largo de los años fuertes influencias de la cocina española, la árabe y de las antiguas colonias portuguesas, lo que genera una interesante mezcla de sabores y aromas que se ven reflejados en los platos.
Ingredientes principales
El ajo es otro elemento que casi siempre está presente en las preparaciones típicas, al igual que especias como el coriandro, el cilantro, el perejil, azafrán o jengibre. En casi todos los restaurantes y también en determinadas ocasiones se sirven aceitunas y queso como aperitivos, y previo al plato principal es muy común que aparezca la clásica sopa. Por otra parte, los platos de carne suelen llevar como guarnición arroz blanco, mientras que los de pescado se acompañan con patatas cocidas. La col rizada verde es otro componente esencial en la cocina lusa, pero la estrella de esta gastronomía es indudablemente el bacalao, para el cual existen 365 recetas diferentes (una para cada día del año) según dicen los cocineros portugueses.
Platos típicos
Si bien los platos típicos varían según las regiones del país, existen algunos que se pueden catalogar como nacionales, tal es el caso del famoso caldo verde, una suerte de sopa de puré de patatas que contiene además tiras de col verde, aceite de oliva, ajo y se sazona de forma ligera. Otras sopas tradicionales son la canja de galinha, que es un caldo de pollo con arroz, menudos de pollo y huevos; la sopa da pedra, una de las más gustosas, que lleva judías rojas, oreja de cerdo, costillas, carne de vacuno, tocino, salchicha de cerdo ahumada, cebollas, zanahorias, ajo, chorizo de cerdo, menta y cilantro, y la sopa de tomate, que además de esta fruta posee cebolla con huevo escalfado. De la región del Alentejo proviene la popular açorda a alentejana, elaborada con migas de pan duro, huevos escalfados, cilantro y ajo, que también puede tener sardinas o bacalao.
De la misma región son las exquisitas migas a alentejana, una mezcla de carne de cerdo adobada con tocino y ajo con la añadidura de las migas de pan y la carne de porco a alentejana, una peculiar mezcla de mariscos y carne de cerdo frita marinada con pimientos, ajo, perejil y laurel a la que se agregan berberechos y se sazona con cilantro. Otros platos muy recomendables son la feijoada, una especie de guiso de judías blancas o rojas que se acompaña con carne de cerdo salada y se sirve con arroz y naranjas y las francesinhas, tostadas de pan blanco rellenas con embutidos y carne y cubiertas con fetas de queso gratinadas y una salsa picante por encima.
Para el invierno
En época invernal uno de los mejores platos es el cozido a portuguesa, que se prepara con varias carnes ahumadas (salchichas, cerdo, costillas, jamón, tocino salado) junto con zanahorias cocidas, patatas, col y nabo. En la zona de Bairrada, el plato por excelencia es la leitao a Bairrada, de sencilla elaboración, ya que sólo contiene cochinillo, ajo, sal, pimienta, grasa y perejil todo mezclado, y es delicioso el arroz de marisco, que como indica su nombre conjuga el arroz blanco con todo tipo de mariscos (camarones, mejillones, berberechos) y se combina con cebolla, tomate, pimienta y cilantro. Una comida singular por su colorido es la Cataplana, una combinación de langostinos, camarones, cangrejos, almejas, pollo, panceta magra, perejil, cilantro, cebolla, tomate y pimiento verde.
Quesos
En cuanto a los quesos, se destacan particularmente los de leche de cabra y de oveja, dentro de los cuales puedes encontrar los frescos, que son más bien suaves, o los curados con toques picantes. El más popular es el Queijo da Serra, un queso mantecoso preparado con leche de oveja que posee textura untosa y aroma y sabor muy suaves y es originario de la región de Sierra de la Estrela. Hay además otras variedades como el Saloio, el Palhais, el Alavao o el quejo fresco. Muchos de ellos son servidos en las tascas y restaurantes a modo de entremeses en conjunto con los patés o pinchos caseros.
Pescados y mariscos
Si estás de visita en Portugal sería un pecado por tu parte no incursionar en la parte fundamental de la cocina lusitana, la referente al mar y todos sus productos. Los más utilizados son: el calamar o lula, la sepia o choco, el pulpo o polvo, la lubina o robalo, la dorada o dourada, la sardina o sardinha, el bacalao o bacalhau y también ostras y almejas o almeijas. Algunas de las preparaciones típicas que se hacen con estos productos son el arroz com polvo, la calderada de peixe, una suerte de guiso que lleva pescado y variedad de mariscos, patatas, tomates y pimientos, y las sardinhas asadas, generalmente al carbón.
El bacalao
Como habíamos mencionado más arriba, la gran estrella de toda la gastronomía lusa es sin duda el bacalao, que se prepara de toda clase de formas. Algunas de las recetas más tradicionales que involucran a este pescado son: bacalhau com batata e grao (patatas y garbanzos), bacalhau á Gomes da Sá (sancochado con patatas y saborizado con cebolla, aceitunas y huevos hervidos; á Brás, el bacalao revuelto con huevos, patatas y aceitunas, y á conventual, que significa deshojado, hervido y amasado con puré de patatas y cocido en horno. También se suele hacer empanado y frito (á minhota) o en forma de bocadillos con jamón (com presunto). Luego tenemos las pataniscas de bacalhau, unos buñuelos fritos con relleno del pescado, y otras preparaciones como á portuguesa (en húmedo con tomate y ajo), á alentejana (al horno con patatas, tomates, pimientos verdes y aceitunas negras) o la caldeirada (en húmedo con un mix de verduras).
Dulces
Pero no todo se reduce a guisos, carnes y pescados, ya que la pastelería de Lisboa es reconocida a nivel mundial. Son famosos por ejemplo los pastéis de Belém, que se elaboran en ese barrio céntrico de Lisboa desde el año 1837. Su base es de canela y nata y son realmente deliciosos. Otra gema de la repostería lusa son las Queijadas de Sintra. Todas las variedades de queijadas (tartas) tienen un relleno que combina queso fresco, huevos, nata y azúcar, pero éstas además están espolvoreadas con canela, lo que les da un toque de calidad. También se destacan los confites de dulce de naranja, provenientes de Setúbal o los pasteles de huevo de Alentejo.
Vinos
Y para el final no podemos olvidarnos de la clásica bebida que acompaña todas y cada una de las comidas en este hermoso país: el vino. Hay una amplia gama de estilos y variedades, pero casi ninguna es muy popular más allá de las fronteras nacionales. Además de los tintos y blancos clásicos, el más destacado es el vino verde, como se conoce a la cepa que tiene un gusto más bien ligero y refrescante. El más conocido dentro de esta variedad es el Porto, un vino licoroso que surge de los viñedos de los verdes valles del Douro, pero en general todos tienen una calidad indiscutible, porque las condiciones climáticas y físicas de la región favorecen la producción de muchas variedades de uvas. Las tres denominaciones más antiguas de Lisboa son Carcavelos, Colares y Bucelas, cada una con sus características y su marca de identidad, y muchos han recibido premios internacionales.
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