Saber moverse por Lisboa
La capital portuguesa, como hemos visto ya, posee innumerables atractivos turísticos que la convierten en una de las ciudades más recomendables para visitar si estás de paseo por el Viejo Continente. Es un placer transitar sus callejuelas que remiten al período medieval, ver sus imponentes monumentos históricos, adentrarse en los viejos barrios y descubrir poco a poco todo el encanto que puede ofrecernos la ciudad, entre los que cuenta por supuesto su exquisita gastronomía basada en los productos del mar, en especial el afamado bacalao.
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Cuidado hasta el último detalle
Si te interesa recorrer la mayor cantidad de sitios posible y quizá no dispones de tanto tiempo, lo ideal es saber cuáles son tus mejores opciones al momento de elegir el transporte para aprovechar plenamente la estadía y maximizar tus costos. La buena noticia es que en Lisboa el transporte público funciona, y muy bien: es un sistema integrado que comprende 90 líneas de autobuses, 5 de tranvía, 3 ascensores y un elevador, además de 4 líneas de metro que están habilitadas entre las 6:30 y la 1:00 con 44 estaciones, y los ferries de línea que unen las dos orillas del Tajo.
No sólo por su eficiencia son recomendables los transportes públicos, sino porque pronto notarás que forman parte del inmenso patrimonio cultural de la ciudad, ya que algunas de ellas tienen una larga y rica historia asociada a los barrios más pintorescos y antiguos, y a todos los edificios históricos que en ellos se encuentran. Por otra parte, hay que destacar la limpieza y la seguridad que se aprecia en cada uno de los distintos medios, y es muy común ver a niños pequeños utilizando estos transportes en cualquier momento del día. Otro aspecto a resaltar es la prolijidad y organización que están presentes en todas las estaciones de metro por ejemplo, donde las decoraciones están totalmente cuidadas, y los guardias cumplen con su labor de manera intachable.
Tranvía
Comencemos hablando del clásico tranvía, uno de los medios más útiles para desplazarse por la ciudad, y una atracción en sí mismos por la nostalgia que despierta observarlos. Dentro de la amplia red que se compone por 5 rutas y 58 tranvías, hay 2 recorridos que sin lugar a dudas no deberías perderte si planeas conocer a fondo esta ciudad. El primero es el del emblemático tranvía 28, cuya estructura de madera nos transporta automáticamente hacia otras épocas. Se extiende a lo largo de 10 kilómetros y nos permite introducirnos en los barrios más tradicionales de Lisboa: Bairro Alto, Graça, Mouraria, Alfama, Chiado, Baixa y Madragoa. Allí podrás visitar entre otras atracciones el Café A Brasileira, el Mirador de San Pedro de Alcántara, y las 3 plazas más representativas de la vida lisboana: Plaza de Rossio, Plaza del Comercio y Plaza del Marqués de Pombal, que conjugan elementos de la antigua y la moderna Lisboa.
El otro tranvía que es usado con muchísima frecuencia por los turistas es el tranvía 15, que nos lleva hacia el mítico barrio de Belém. A diferencia del anterior, presenta un aspecto muy utilitario y moderno, y suele estar repleto de gente, especialmente en verano. Su primera parada es la estación “Cais de Sodré”, cerca de la Plaza del Comercio, pero la mayoría de los pasajeros buscan llegar a Belém, sede de las 2 atracciones más importantes de la ciudad: el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém, dos construcciones que son muestras sublimes del período de gloria para el estilo manuelino, durante el Renacimiento. También podrás ver otros puntos de gran interés como el Monumento de los Descubridores, el Puente 25 de Abril y el Museo Nacional de Coches.
Autobús
En cuanto al autobús, su uso se vuelve realmente necesario para poder cubrir ciertos trayectos, debido a que las redes de metro no tienen un desarrollo tan profundo. Existen 758 autobuses que circulan por 88 rutas diferentes, de las cuales 11 son nocturnas. Si quieres llegar al aeropuerto, por ejemplo, este medio es la opción más rápida: el aerobús 91 es el más conveniente, porque sólo realiza 10 paradas entre que sale de Plaza del Comercio y llega a destino. Las líneas 5, 22, 44, 45 y 83 también te llevarán allí, pero deberás hacer varios trasbordos en el camino.
Si deseas visitar el famoso Parque de las Naciones, antigua área industrial que se ha transformado en un lugar de encuentro para empresas y turistas, tienes a tu disposición unas cuantas líneas: 5, 25, 28, 44, 708, 750, 759, 782 y 794, que realizan paradas en la Estación de Oriente. También el autobús es una alternativa para ir a Belém, aunque el paseo no será tan interesante sin duda. Las líneas 28, 714, 727, 729 y 751 te acercan al histórico barrio. Existen además los autobuses nocturnos, agrupados en 2 tipos: Rede da Madrugada, con las líneas 201 y 210, y Night Bus, que tiene las líneas 1 y 2. Mientras los primeros operan todos los días en los horarios de descanso de las líneas diurnas, los segundos sólo lo hacen durante fines de semana o vísperas de feriados.
Elevadores
Otro medio de transporte que se suele usar sobre todo para subir las complicadas pendientes de la capital son los elevadores. En Lisboa hay 3 de ellos, todos diseñados por el mismo arquitecto, Raoul Mesnier de Ponsard, creador del famoso Elevador de Santa Justa. Los más usados son el Elevador do Lavra, el más antiguo de todos, que fuera inagurado en 1884, y permite conectar la calle Cámara Pestana con el Largo da Anunciada; el Elevador da Glória, que es el más popular y enlaza la Plaza de los Restauradores con la calle San Pedro de Alcántara del Barrio Alto, donde se halla el mejor mirador de la ciudad, y el Elevador da Bica, que recorre la Rua da Bica de Duarte Belo hasta llegar al Barrio Alto. Luego tenemos el mencionado Elevador de Santa Justa, que se ha transformado en una atracción turística en sí mismo, con su arquitectura que nos remite a la Torre Eiffel y nos ofrece espléndidas vistas de La Baixa, y permite el traslado rápido desde allí hasta el Barrio Alto.
Metro
El metro de Lisboa es indudablemente la vía más veloz en lo que refiere a unir distancias grandes, y además está considerado como uno de los más lindos y más limpios de toda Europa, una característica que, como habíamos mencionado, se aplica a todos los medios de transporte de la ciudad. En la actualidad el metro posee 4 líneas con 56 estaciones. La línea Azul (Gaviota) conecta Amadora este con Santa Apolonia, la Amarilla (Girasol) enlaza Odivelas con Rato, la Verde (Caravela), une Cais de Sodré con Telheiras, y la Roja (Oriente) va desde São Sebastião hasta el Aeropuerto. El servicio opera entre las 6:30 de la mañana hasta la 1:30 de la madrugada, y las únicas pegas que tiene es que es muy difícil realizar trasbordos entre estaciones, y además que no llega a todos los sitios de atracción turística, como La Alfama o Belém.
Ferry
Por último tenemos los pintorescos ferries, que posibilitan la conexión entre las dos riberas del Río Tajo y ofrecen un servicio que tiene muy buena frecuencia y a un costo bastante económico (2,40 euros es la tarifa más alta, y siempre hay descuentos). Las empresas que tienen la concesión son Transtejo y Soflusa, que también organizan cruceros breves, de aproximadamente 2 horas y media con la presencia a bordo de guías turísticas en diferentes idiomas, y un costo de 20 euros para adultos y 10 euros para niños y ancianos. Los ferries salen desde Belém hacia Trafaria a través de Porto Brandao, desde la estación Cais do Sodré hacia Cacilhas, Seixal y Montijo, y desde el Terreiro do Paço, en la Plaza de Comercio, hasta Barreiro.