En un artículo anterior, te hablamos de Washington Square, una de las plazas con más vida de la ciudad de Nueva York, y por la que mucha gente se pasea o desvía su camino hacia ella, porque es un universo en sí misma. Pues este punto es el corazón de uno de los barrios más atractivos de la ciudad: el Greenwich Village o directamente, el Village (para mucha gente ya se ha quedado solo con el apellido).
Este barrio de Manhattan está limitado por el río Hudson, Houston Street y la 14th Street y Broadway. Su apariencia elegante atrae no solo a multitud de turistas que pasean por sus calles -muchas con árboles, tranquilas, pintorescas y alejadas el extremado bullicio de otras zonas-, sino también a equipos de rodaje, que elijen esta zona para que vivan sus virtuales protagonistas.
Desde su nacimiento indio ha tenido varios nombres como Sapokanikan, según estos primeros pobladores; Noortwyck le pusieron los primeros colonos holandeses; Grin’wich, al pasar a manos de los ingleses, concretamente a las del comandante Sir Peter Warren, que por entonces era el propietario no de un barrio, sino de una aldea. De ese Grin’wich, viene este Greenwich, que tiene todos los visos de quedarse al final en Village, recordando a esa original aldea campesina.
Su fama de barrio bohemio lo lleva desde las primeras décadas del siglo XX, época en la que artistas, escritores e intelectuales se instalaron aquí y, como sucede siempre, los habitantes que llegan al barrio crean uno nuevo, así que la vida artística e intelectual en esta zona fue incrementándose de manera paulatina.
Ha sido el centro de revoluciones sociales en el estado, como fue la de la comunidad homosexual, teniendo el bar Stonewall Inn como punto neurálgico de los enfrentamientos que en junio de 1969 hicieron que comenzara el movimiento neoyorquino por los derechos de gays y lesbianas.
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Hoy en día el Greenwich Village ha encontrado una segunda juventud gracias las tiendas, los clubes y restaurantes que se han abierto por la zona, que han estado acompañados de un “lavado de cara” de los edificios. ¿La insignia actual del barrio? Ser un buen punto de entretenimiento y ocio para todo el mundo, donde todavía se respira un poco ese aire bohemio de tiempos anteriores.