Platos típicos de Francia

La cocina francesa, como hemos visto, se distingue por su refinamiento  en la preparación y a la hora de presentarla en la mesa, y también por su diversidad, ya que los sabores y texturas de las recetas varían de acuerdo con la región de la que estemos hablando. Es por ello que al momento de tener que hacer una selección de cuáles son los platos más característicos del país galo, debemos tener en cuenta la cuestión territorial, porque los estilos a la hora de elaborar las comidas son radicalmente diferentes.

Comenzaremos hablando de la región de Alsacia, donde se ve claramente reflejada la influencia germánica en la forma  de cocinar y los ingredientes utilizados. Como platos típicos de esta zona podríamos mencionar la conocida quiche lorraine, una tarta que contiene queso, tocino y jamón, y el choucroute, elaborado a base de col, patatas y tocino. En cuanto a los postres, se destacan las tartas de manzana, ciruelas y arándanos el kougelhopf, un pastel de levadura dulce y almendras embebido en licor de cereza (kirsch) y la brioche  alsaciana.

Típica quiche lorraine

Siguiendo hacia la región de Bretaña, nos podremos deleitar con dos exponentes de lo mejor del repertorio culinario francés: las crepes y las galettes. Las crepes no son en realidad exclusivas de Francia, pero lo que sí es propio de este país es que siempre son dulces. La masa se prepara con leche, harina y huevo y se cuece en una plancha con forma de disco que se puede rellenar con lo que uno quiera. Las galettes son muy parecidas, excepto que se preparan con el trigo negro o sarraceno, por lo cual la masa es más oscura. A diferencia de las crepes, son siempre saladas, y es muy recomendable la Galette  Goulue, que lleva patatas, queso emmental derretido, salsa de mostaza, ciboulette, lechuga y andouille de Baye (embutido de cerdo típico de Bretaña).

Potée Auvergnate, potaje típico de Francia

En Aquitania son muy populares los canelés, pasteles de pequeñas dimensiones que se distinguen por tener exterior crujiente e interior suave, mientras que en Auvernia la estrella es la potée auvergnate, un delicioso estofado de carne acompañado de repollo, papas y cerdo, y también el clásico coq au vin (pollo al vino), que si bien se encuentra en todo el territorio, debe su origen a esta región. Por su parte, los habitantes de Borgoña se han habituado a los famosos escargots, unos curiosos caracoles rellenos de mantequilla y aromatizados con perejil y ajo. Y en la región de Champagne-Ardenas sobresale el exquisito biscuit  glacé a la champenoise, un particular pastel helado a la champaña adornado con bizcochos rosas de Reims.

En el corazón de Francia, bien en el centro aparece el bello y poético Valle del Loira, la legendaria “tierra de los castillos”. Aquí el plato más característico son las rillettes, una pasta similar al paté que se utiliza para untar y contiene carne picada, sal, especias y vino, y la andouillette, una variedad muy apetecible de salchicha que va aderezada con mostaza. Y en cuanto a la parte dulce, deberías probar la famosa tarta tatín, cuya particularidad es que la masa va arriba y el contenido debajo. Lleva manzanas caramelizadas en mantequilla  y azúcar. En el País del Loira tenemos como principales recetas el salmonete escalfado y el pescado salteado.

Cassoulet de Francia

Una de las recetas francesas más tradicionales por excelencia es el cassoulet, especial para los inviernos muy crudos. Es un guiso cuya base son las alubias blancas cocidas con trozos de carne y embutidos que varían de acuerdo con la receta: pueden ser de cerdo, salchichas de Toulouse, tocino o pato confitado y hasta morcilla. Este plato es originario de la región de los Midi – Pyrenées, al igual que otro muy reconocido a nivel internacional como el foie gras, un paté hecho con hígado de pato o ganso.

El norte francés, mientras tanto, se distingue por tener una gran diversidad de platos en los que el protagonista central es el pescado. En el área de Nord Pas-de-Calais, por ejemplo, hace furor la lengua lucullus, que consiste en alternar rebanadas de foie gras con lengua de buey ahumada. También se usan mucho las ostras, el bogavante y el rape. En la localidad de Picardy es menester probar el flamiche de puerro, un pastel de carne con verduras que se asemeja a una tarta salada, mientras que en Normandía se aconseja a la hora del postre elegir el douillon de manzanas, que es básicamente una manzana entera a la que se envuelve con una masa bien delgada. Las manzanas, las alcachofas y el coliflor son otros componentes muy importantes en la cocina de esta región, y en realidad de todo el país.

Por supuesto que si te interesa particularmente la gastronomía, no debes dejar de ir a Lyon, una meca gastronómica mundial. Allí tendrás que probar las imperdibles carnes ahumadas , el salchichón, el pollo “bresse” y la tarta lyonnais. De la región de los Alpes del Ródano merecen una mención especial la fondue savoyarde, preparada con queso fundido y vino, ideal para sumergir el pan, y la tartiflette, una mezcla gratinada de patatas, nata, queso y carne de cerdo. Y para el momento de los postres, nada mejor que la excelente tarta de arándanos.

Plato francés foundee savoyarde

Ya que estamos hablando de dulces, en el área de Franco Condado no puedes dejar de probar el pain d’epices, un increíble pastel hecho con miel y especias, y en Limousin una espectacular tarta con costra de cerezas negras, el clafoutis. Esta tarta siempre debe servirse caliente. De la capital podemos recomendar el Paris-Brest, un magnífico hojaldre con relleno de crema de mantequilla de praliné y almendras picadas. Por su parte, en la zona de Poitou-Charentes una gran opción es el tourteau fromager, un suave pastel esponjado con queso fresco.

Si nos dirigimos hacia la bellísima Costa Azul, veremos que allí sobresalen los platos elaborados con toda clase de productos agrícolas. En Provenza, por ejemplo, es muy popular la tapenade, una suerte de pasta para untar que se hace con aceitunas negras machacadas, y suele oficiar como aperitivo, siempre con pan. De la ciudad de Niza proviene el clásico ratatouille, un mix de verduras que primero se fríen en aceite de oliva y luego se cocinan todos juntos. En la ciudad de Marsella es muy famosa la bullabesa, que se puede comparar con la caldeirada portuguesa, y es una sopa que combina distintos pescados, a veces servidos enteros. En la parte de la Riviera, es típica la ensalada nicoise, que mezcla tomates, atún, huevos, anchoas, pimientos y aceitunas negras.

Ensalada Nicosia

De la zona de Burdeos y el País Vasco francés se distingue el exquisito Jamón de Bayona, y los foie grass locales, además del pollo y el pavo, que se preparan de maneras especiales, al igual que la ternera. También es recomendable el cordero regional, denominado Agneau de Pauillac, y los fabulosos vinos de Burdeos, donde se realizan festivales anuales en torno a esa bebida. Algunos otros platos dignos de ser considerados son las quenelles, que en apariencia parecen salchichas, pero en realidad son una pasta de sémola de trigo mezclada con carne de ave, ternera o pescado, que luego se sirven junto con salsa de tomate, bechamel o cangrejos; el confit de pato, que consiste en frotar la carne del pato con sal y ajo, cubrirla y dejarla enfriar por 3 días, y los moules frites, mejillones fritos con patatas.

Apartamentos para probar los platos típicos de Francia

Para descubrir las zonas de Francia ideales para probar los platos más típicos de su cocina te proponemos un alojamiento en alquileres por días. Puedes contar con todas las opciones que Wuking pone a tu disposición a través de los diferentes alojamientos que puedes encontrar en nuestra página. Destacamos los apartamentos en Francia por su comodidad para un alojamiento con gran comodidad y a un precio muy económico.